#Singapore
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En contraste con su reputación como exitoso centro económico, en Singapur los/as defensores/as de los derechos humanos (DDH) operan en medio de muchas dificultades: como consecuencia de su labor legítima hacen frente a juicios, multas, arresto y detención y prohibición de viajar. Singapur tiene una legislación penal muy estricta sobre difamación, según la cual puede enjuiciarse también a quienes están involucrados indirectamente en la producción de un artículo presuntamente difamatorio: quien lo imprimió y quien vendió la publicación, sus autores y editores pueden ser procesados. Chee Soon Juan, líder del Partido Democrático de Singapur y firme defensor del derecho a la libertad de expresión, quedó en bancarrota después de que ministros de ese país lo llevaron a juicio por difamación. Actualmente, tiene prohibido ejercer la función pública y salir del país. El "Speakers' Corner", lugar donde las personas pueden manifestarse o dar discursos, es el único espacio en la ciudad-estado donde se puede ejercer el derecho a la libre expresión.
En junio de 2010, Singaporeans for Democracy (SFD), una red de la sociedad civil integrada por DDH independientes, decidió disolverse por la continuada presión y a menudo pesada regulación de sus actividades, que incluye la negativa de la policía a permitir la realización de un desfile por el Día Internacional de los Derechos Humanos. Singapur no ha aceptado las solicitudes de visita del Relator Especial de la ONU sobre defensores de derechos humanos. Las dos solicitudes fueron realizadas en los años 2002 y 2004. Durante el Examen Periódico Universal del 2011, Singapur respondió con una negativa a la recomendación que hizo la República Checa de que acepte la visita de la Relatora Especial de la ONU.