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#Chad

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Los/las defensores/as de los derechos humanos de Chad viven en la cultura de la impunidad, ausencia del estado de derecho y inestabilidad política que prevalecen a lo largo y ancho del país. La represión política extrema forma parte del telón de fondo de las serias restricciones a la libertad de expresión. Los/las defensores/as serían víctimas de amenazas, hostigamiento, estigmatización, ataques físicos, arrestos arbitrarios, detenciones como incomunicados/das, procesamientos judiciales y malos tratos y torturas mientras que están detenidos/as. Los/las abogados que asisten a las víctimas del régimen anterior y los periodistas son especialmente blanco de ataques.

Dado que el conflicto de Darfur se ha extendido hasta algunas áreas en Chad, defensores/as de los derechos humanos críticos de los actos del gobierno fueron acusados de apoyar a los rebeldes. Luego de que los rebeldes se retiraron de la capital, defensores y defensoras y periodistas sufrieron una ola de amenazas, ataques y arrestos. Todo esto trajo como consecuencia que varios/as defensores/as abandonaron el país o debieron esconderse para evitar nuevos ataques por parte de las fuerzas de seguridad. Los/las periodistas que se oponen a las políticas del gobierno, entre ellas al enrolamiento de niños en el ejército, fueron acusados de difamación e incitación al odio. Una estación de radio operada por organizaciones de derechos humanos cerró debito al hostigamiento y detención de sus periodistas. Los abogados que asisten a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y que luchan contra la impunidad habrían recibido amenazas serias y fueron denominados “traidores”.