Colombia debe garantizar verdad y justicia para Mario Paciolla
El 15 de julio de 2020, Mario Paciolla fue encontrado muerto en su casa en San Vicente de Caguán, en el departamento sureño de Caguetá, Colombia. Mario fue encontrado por un amigo y colega que fue a buscarlo esa mañana, en vista de que Mario no apareció en la oficina, ni parecía haber revisado su cuenta de WhatsApp desde la noche anterior. Mario Paciolla tenía solo 33 años.
San Vicente de Caguán se encuentra cerca de la selva del sur de Colombia, utilizada durante mucho tiempo como retaguardia estratégica por grupos armados ilegales y narcotraficantes. A diario los ciudadanos de la zona se encuentran en medio de intensos conflictos. Algunas disidencias de las FARC siguen muy activas en la región y están en constante enfrentamiento armado con grupos paramilitares por el control territorial. La respuesta del gobierno
ha consistido principalmente en operativos militares y un gran despliegue de fuerzas militares, que han resultado en violaciones adicionales de los derechos humanos.
De nacionalidad italiana, Mario Paciolla había estado trabajando con la Misión de las Naciones Unidas en la verificación de los Acuerdos de Paz desde agosto de 2018. Anteriormente, de 2016 a 2018, fue voluntario y trabajó en Colombia con Brigadas Internacionales de Paz, una organización que trabaja para la protección de defensores de los derechos humanos en el país.
Funcionarios de la ONU informaron a la policía local que habían encontrado el cuerpo de Mario Paciolla. Horas después, la policía y los medios locales informaron y sugirieron que Mario podría haberse suicidado1.
La hipótesis de suicidio fue descartada inmediatamente por aquellos que conocían a Mario y el difícil contexto en el que estaba trabajando.
El contrato de Mario con las Naciones Unidas habría expirado el 20 de agosto, pero él mencionó a familiares y amigos que había decidido regresar a Italia y terminar su contrato antes de tiempo. Según ellos, Mario planeaba viajar a Bogotá el 15 de julio, para organizar los documentos de su viaje de retorno a su ciudad natal, Nápoles. En una entrevista con el periódico italiano La Repubblica, Anna Motta, la madre de Paciolla, declaró que su hijo "estaba asustado, muy asustado" y que durante sus últimos días, Paciolla había estado preocupado por "algo que había visto". Además, la madre de Paciolla recordó que el 10 de julio, su hijo mencionó sentirse disgustado e inseguro, después de una discusión con sus jefes.
Claudia Julieta Duque, periodista colombiana y defensora de derechos humanos que conocía a Paciolla desde el 2016, cuando estuvo en Brigadas Internacionales de Paz, escribió en una carta abierta
publicada en El Espectador, que la hipótesis de suicidio es poco probable y que su amor por la vida contradice la idea de que pudo haber elegido quitarse la vida en un lugar tan alejado de amigos, familiares y Nápoles, la tierra de su alma. Según su artículo, Paciolla también había reforzado recientemente las medidas de seguridad en su lugar de residencia.
En una carta compartida con Front Line Defenders, Claudia recuerda a su amigo:
“Mario era un apasionado de la música salsa, las películas clásicas, la poesía, el fútbol y las personas sensibles. Un hombre curioso, un investigador inquieto, un soñador que creía en una paz posible. Fue ese sueño el que lo trajo a Colombia como acompañante de Brigadas Internacionales de Paz (PBI) y lo llevó a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas. Y fue ese sueño el que le costó la vida.
Mario es el rostro de cientos de hombres y mujeres acompañantes que exponen sus vidas en Colombia para salvar las nuestras. Mario no murió: a Mario lo mataron. Su crimen representa un antes y un después, y deja en una terrible condición de vulnerabilidad a quienes, como él, vienen a Colombia en calidad de voluntarios y verificadores. Mi compromiso con Mario, con todos, es llegar a la verdad y lograr justicia.”
En Italia, la sociedad civil, la familia y amigos de Paciolla también están pidiendo justicia y verdad. En una petición en Change.org, sus amigos han recogido casi 60,000 firmas, mientras que un llamamiento urgente –
escrito por la red europea Europaz, ha sido firmado por varios políticos y figuras públicas. En el momento la investigación de la muerte de Mario Paciolla está coordinada en Colombia por la Vicefiscal General Martha Janeth Mancera, quién declaró públicamente que la rama judicial está "explorando todas las hipótesis" y ha dado la más alta prioridad al caso de Mario. Paralelamente, las Naciones Unidas también comenzaron su propia investigación interna, en estrecha colaboración con la Fiscalía de Colombia y la Embajada de Italia en Bogotá.
Los resultados de las dos autopsias, la realizada por la policía colombiana y la ejecutada por la policía italiana, aún no se han hecho públicos.
Front Line Defenders expresa su más sentido pésame a la familia, amigos y colegas de Mario y se une al llamado a la justicia para determinar la verdad detrás de su muerte. La muerte de Mario, así como de los cientos de defensoras y defensores de derechos humanos que han sido asesinados en sus intentos de defender la paz, deja un mensaje desesperanzador de que la vida en Colombia es muy frágil. Front Line Defenders insta a las autoridades colombianas a llevar a cabo una investigación inmediata, transparente, exhaustiva e imparcial sobre la muerte de Mario Paciolla.
Adicionalmente, Front Line Defenders expresa seria preocupación por la débil implementación del acuerdo de paz y refuerza la necesidad de prestar atención a la exacerbación de la violencia contra los defensores y defensoras de derechos humanos en Colombia. El estado debe garantizar en todas las circunstancias que las y los defensores puedan llevar a cabo sus actividades legítimas de derechos humanos sin temor a represalias y sin restricciones.
Para obtener más información, póngase en contacto:
Adam Shapiro
Front Line Defenders
adam@frontlinedefenders.org
+1-202-294-8813
@FrontLineHRD
1 Informes iniciales mencionaron que había sido encontrado ahorcado y con heridas de arma blanca en varias partes de su cuerpo, sugiriendo un suicidio.