Los/as defensores/as de derechos humanos y periodistas de México son objeto de actos de intimidación, hostigamiento judicial, detención arbitraria, amenazas de muerte, agresión física, desaparición forzada y homicidio como resultado de sus actividades en defensa de los derechos humanos y el ejercicio de la libertad de expresión y el periodismo.
En México las desapariciones son endémicas, y a menudo ocurren con la connivencia del estado. Los defensores y defensoras que trabajan sobre este tema están expuestos a riesgos graves, y hasta la muerte. Quienes trabajan en defensa de la tierra, particularmente de los territorios indígenas, están en el mismo nivel de riesgo. Se los criminaliza, encarcela, difama y a menudo asesina. Los/as periodistas que se ocupan de cualquiera de estas temáticas, o relativas al comercio ilícito de drogas y la complicidad del gobierno en este área, también corren riesgo de perder la vida.
Varios organismos y organizaciones internacionales ha han expresado su preocupación por la falta de protección de los/as defensores/as de derechos humanos y de quienes ejercitan la libertad de expresión en México, tales como las recomendaciones realizadas en ocasión del Examen Periódico Universal de México, y las recomendaciones del Relator especial de la ONU sobre libertad de expresión, quien observó que en la última década ese país se convirtió en uno de los más peligrosos para los periodistas en ejercicio de su profesión. A pesar de que se creó un mecanismo de protección para DDH y periodistas, el proceso de decisiones y la consecuente implementación de estas medidas no ha respondido adecuadamente a las necesidades de los/as DDH.