Corriente Martiana
La Corriente Martiana es una organización de defensa y promoción pacifica de derechos humanos creada en 2004 que busca dar apoyo a individuos y agrupaciones que se dediquen a defensa de derechos humanos en Cuba. En pasado, han apoyado a integrantes de la comunidad LGTBI, visibilizado el matrimonio igualitario por medio de campañas como “Nosotros también amamos” , e incidiendo sobre temas relacionados a la libertad de expresión y asociación en un contexto mas bien restrictivo en Cuba.
Dentro de su trabajo en derechos humanos se encuentran 3 lineas de acción: la defensa de los derechos humanos, por medio de comunicaciones a organismos internacionales de derechos humanos, la promoción de los derechos humanos, por medio de cursos como “Curso Básico para Defensores de Derechos Humanos en Cuba” y talleres sobre el funcionamiento de los mecanismos regionales y universales de derechos humanos. Asimismo, se encargan de repartir copias del pacto internacional de derechos civiles y políticos así como del de derechos económicos, sociales y culturales, entre bibliotecarios, sindicalistas y periodistas independientes y entre otras organizaciones de la sociedad civil. Finalmente, su última linea de acción es la protección de derechos humanos por medio de acompañamiento a defensores y defensoras que han sido arbitrariamente detenidos o están sufriendo ataques.
Por su labor de defensa, integrantes de este movimiento han sido citados por la policía sin el correspondiente permiso judicial en parques públicos y sufrido amenazas por su labor de defensa. Ademas, han sido objeto de de detenciones arbitrarias, campañas de desprestigio, prohibiciones de salida del país cuando se dirigían a eventos relacionados con su trabajo de defensa de derechos humanos, intervenciones en sus comunicaciones, uso excesivo de la fuerza y abuso de poder por parte de la policía.
Asimismo, sus pertenencias y instrumentos de comunicación tales como celulares y computadoras han sido decomisados sin justificación en repetidas ocasiones.
Los defensores/as de derechos humanos permanecen atentos, aunque están esperanzados con un cambio, y el gobierno todavía debe dar pruebas de su compromiso con los derechos humanos.
