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#Libia

#Libia

Libia siguen siendo un país envuelto en un tumulto político dado que las facciones políticas compiten por el poder en un escenario caracterizado por la aparición de milicias independientes locales, algunas de las cuales se han alineado con las fuerzas leales al régimen anterior o con movimientos islámicos transnacionales.

Los/as defensores/as de derechos humanos (DDH) siguen corriendo serios riesgos debido a la inseguridad general y porque el conflicto armado se extiende por todo el país. Los/as DDH han sido víctimas de asesinatos, secuestros, ataques violentos, tortura y detención arbitraria. La situación se deterioró aún más cuando grupos armados tomaron control de las principales ciudades. La clausura de las misiones diplomáticas extranjeras también afectó a los/as DDH al privarlos de una red de asistencia.

Si bien la principal fuente de riesgo e inseguridad para los/as DDH sigue siendo el conflicto, el activismo de los defensores y defensoras se ve limitado por las restricciones a la libertad de asociación, reunión pacífica y expresión. A pesar de algunos esfuerzos por incorporar reformar lo legal, el marco jurídico aplicable a las organizaciones de la sociedad civil continúa siendo incierto. Se autorizó a conformar y operar ONG, pero no se aprobó una ley integral de ONG y están en vigencia ciertas leyes restrictivas de la era Gadafi.