#Kazajstán
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En Kazajistán, los/las defensores/as de los derechos humanos trabajan particularmente en cuestiones relativas a la reforma legal y penal, los derechos sociales, la libertad de expresión y los derechos de las minorías étnicas, como así también sobre la democratización. A diferencia de otros países de Asia, aquí están limitadas las instancias de agresión directa a ONG influyentes y medios de comunicación críticos. La represión contra defensores/as de los derechos humanos a menudo se expresa a través de obstáculos económicos y legales, que resultan efectivos para estorbar su labor y más difíciles de cuestionar.
En los últimos años, el gobierno ha incrementado el control sobre los medios independientes, las ONG y la sociedad civil, e inició procesos legales motivados políticamente contra quienes lo critican. Estas demandas han hecho blanco especialmente contra los trabajadores de los medios de comunicación que denuncian cuestiones de derechos humanos.
Tras las huelgas de los profesionales del petróleo, especialmente la represión trágica de la huelga de Zhanaozen en el 2011, el gobierno endureció el control sobre defensores y defensoras, utilizando varios métodos de intimidación, entre ellos vigilancia de comunicaciones telefónicas y por Internet, y la intimidación de la población general y la sociedad civil.