El trabajo de las personas defensoras de derechos humanos es una vocación de por vida. Hacemos un seguimiento día a día del conflicto y violaciónes sistemáticas de los derechos humanos en el departamento de Sucre.
Ingrid Vergara Chávez es defensora de derechos humanos y vocera del capítulo Sucre del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado – MOVICE, un movimiento de derechos humanos en el ámbito nacional que exige justicia y el fin de la impunidad para los delitos perpetrados por el Estado, muchas veces en connivencia con los grupos paramilitares. MOVICE señala directamente la participación de las fuerzas de seguridad estatales y paramilitares en violaciones a los derechos humanos contra ciudadanos y, en consecuencia, sus integrantes han sufridos graves violaciones a su seguridad en un intento por impedir que sigan adelante con su importante tarea.
Ingrid Vergara Chávez ha enfocado gran parte de su trabajo en la cuestión del derecho a la tierra en el departamento de Sucre, particularmente abogando por que se regresen las tierras a las comunidades desplazadas. Esta es una situación que va contra los intereses económicos del Estado y de los paramilitares, que a menudo buscan desplazar a familias y otorgar esas tierras a proyectos de desarrollo a gran escala.
Como consecuencia directa de su tarea por los derechos humanos, Ingrid Vergara recibe constantes amenazas de muerte e intimidaciones. Desde el 2014, cuatro de sus colegas del MOVICE fueron asesinados. Las amenazas de muerte contra Ingrid Vergara Chávez han tomado varias formas tales como panfletos públicos, mensajes de voz, correos electrónicos, notas, amenazas verbales y vigilancia; en todos los casos la amenazan para que ponga fin de inmediato a su tarea por los derechos humanos o pagar el precio con su vida y la de su familia. En una oportunidad, las amenazas llegaron acompañadas de balas físicas; sus hijas y su compañero también fueron nombrados y amenazados.
Como resultado de la naturaleza real e inminente de las amenazas, los defensores y defensoras de derechos humanos que corren mayores riesgos recibieron medidas de seguridad de la Unidad Nacional de Protección Colombiana. Sin embargo, a pesar de que la defensora se beneficia con estas medidas, solo se las ha implementado de manera parcial y no han reducido su nivel de riesgo. Más aún, en una ocasión Ingrid Vergara y otros/as DDH presentaron la cuestión de las amenazas ante las autoridades locales, y la policía local infirió que las amenazas habían sido inventadas por los/as defensores/as, y que no se asignarían recursos policiales para investigarlas.
Ingrid Vergara Chávez es finalista al Premio 2016 Front Line Defenders para defensores/as de derechos humanos en riesgo, que honra la labor de defensores y defensoras que, de manera no violenta, contribuyen de forma extraordinaria a la promoción y protección de los derechos humanos en sus comunidades, a menudo corriendo serios riesgos personales.
Los/as DDH de Colombia trabajan en un ambiente violento e inseguro, sometidos a amenazas, intimidaciones, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, ataques físicos, actos de tortura, homicidios, allanamientos ilegales en sus hogares y oficinas y estigmatización, todo ello como consecuencia de sus actividades en defensa de los derechos humanos. Con frecuencia, quienes perpetran estos abusos son grupos paramilitares, muchos de los cuales tienen relación con el gobierno o los servicios de seguridad, o con grupos armados de la oposición.
