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por Ligimat Perez para Front Line Defenders
El 3 de julio, Antonia Laínez (38), una popular estilista en el departamento de Yoro en Honduras, fue asesinada a tiros en circunstancias desconocidas.
Tres días después, la presentadora y periodista e televisión Santi Carbajal (32), recibió un disparo en la región costera de Puerto Cortés luego de salir del estudio con una amiga quien también resultó herida.
Al día siguiente, en la capital, Tegucigalpa, dos hombres mataron a tiros a Bessy Ferrera (40) e hirieron a una de sus colegas.
Las tres víctimas eran miembros de la comunidad LGBTI+ en la región norte de Honduras, país donde 327 miembros de este grupo han sido asesinados en la última década, según Cattrachas, una ONG que trabaja por los derechos humanos de las personas LGBTI+ en Honduras.
En este país centroamericano, la población sexualmente diversa enfrenta diferentes tipos de discriminación. Pero, probablemente, las personas transgénero y las transexuales son quienes corren con el mayor riesgo de ser víctimas de un delito de odio.
No solo porque se destacan, sino porque la falta de leyes de identidad de género o de documentos de identidad oficiales apropiados, les hace extremadamente difícil encontrar trabajo, empujando a muchas de ellas a la prostitución y convirtiéndolas en un blanco fácil.
Tal fue el caso de Bessy Ferrera, quien recibió varios impactos de bala a las 2 am mientras estaba sentada con otras tres mujeres transgénero en una escalinata en la calle donde trabajaban. La policía local ha anunciado que dos hombres fueron detenidos en este caso: una respuesta excepcionalmente rápida, tal vez provocada por el alto perfil de la víctima.
Durante los últimos 8 años, Bessy había sido una luchadora por los derechos de la comunidad LGBTI+. Era periodista y miembro activo de Arcoiris, una ONG que brinda apoyo a las víctimas de la violencia en la comunidad LGBTI+ y aboga por el avance de sus derechos en Honduras.
“Defender los derechos LGBTI+ en Honduras es vivir con la amenaza permanente de la violencia. El asesinato de Bessy Ferrera es solo el más reciente de una larga lista de asesinatos brutales en Honduras", dice Jim Loughran, portavoz de Front Line Defenders (FLD)*.
Algunos de los asesinatos son especialmente brutales. Rhianna Ferrera, hermana de Bessy y también defensora de derechos humanos, dijo a la agencia de noticias LGBTI+, Presentes, que una mujer trans había sido quemada recientemente en Cortés y que en Islas de la Bahía, otra mujer había sido apuñalada y luego atropellada por un auto “para asegurarse de que había muerto”.
Reportes de medios locales informaron que en junio pasado, un hombre bisexual de 20 años había sido apedreado hasta morir en Choloma, también en el norte de Honduras.
A pesar de la brutalidad, de estos crímenes, la policía y la Fiscalía no parecen tomarlos en serio, ya que el 92% de estos casos sigue sin resolverse según cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CONADEH).
"Esto ha enviado el mensaje de que las personas LGBTI+ pueden ser asesinadas con impunidad", dice Loughran.
La artista local Santi Carbajal, presentadora de los programas de televisión "La Galaxia de Santi" y “Café TV”, fue asesinada en un lugar público acompañada por una amiga, mientras compraban comida luego de salir de trabajar. Carbajal tenía un largo historial de amenazas de muerte a raíz de haber denunciado una golpiza que recibió en diciembre de 2018. La policía dice que no tiene pistas en la investigación.
En un boletín de prensa emitido en mayo de este año, la CIDH recomendó a Honduras adoptar medidas para lograr el reconocimiento de la identidad de género auto-percibida de las personas trans, teniendo en cuenta los estándares interamericanos en esa materia; para diagnosticar adecuadamente el contexto de violencia que enfrentan las personas LGBTI+ en Honduras.
En Honduras, el riesgo de ser asesinado es tan alto para las personas con diversidad sexual, que cientos se han unido a otros migrantes centroamericanos en su intento de buscar seguridad en los EE. UU.. Solo este año, 28 se unieron a una caravana que se dirigía a la frontera mexicana con Estados Unidos. Otros 80 estaban en la caravana en noviembre pasado. Una ruta migratoria que no está exenta de riesgos ni discriminación por parte de los otros migrantes centroamericanos y de las autoridades en México y EE. UU..
ONG locales que hacen un seguimiento a los casos de violencia contra los miembros LGBT+ en Honduras señalan que hace años, eran principalmente la policía y miembros del ejército quienes perpetraban los ataques, pero que ahora bandas criminales, taxistas, en esencia, cualquier persona con un arma que odie a los sexualmente diversos - se siente facultado para matar.
Jim Loughran de FLD, dice: "La policía debe ser responsabilizada por no haber investigado estos asesinatos". A un cierto punto el silencio se convierte en complicidad".
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* Front Line Defenders (FLD) se fundó en Dublín en 2001 con el objetivo específico de proteger a las personas defensoras de derechos humanos en peligro, aquellas que trabajan, sin violencia, por alguno o todos los derechos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).